Si la gente supiera escribir un e-mail como el que tú te puedes descargar aquí, empezaría a recibir las respuestas que desea y ahora no tiene

Lo entenderías enseguida. Tú lo decides suscribiéndote, o no.

Al cabo de un día de mandar el e-mail que te puedes descargar, recibí esta respuesta:

«No me queda más remedio que contestarte. He recibido más de 100 mensajes. Sólo iba a contestar 5. Ahora son 6, con el tuyo. Las 4 primeras palabras que escribes merecen que nos conozcamos. ¿Cuándo te va bien que hablemos?»

Prefiero estar en el montón de los 6 contestados que en la papelera junto con los 94 restantes.

Y las personas que se han suscrito en esta lista, también.

Aquí aprenden a construir el mensaje que hace actuar a su público, el que les devuelve la respuesta que desean.

Es lo que aprenden cuando entran.

El e-mail de las 4 palabras que te descargas íntegro es un ejemplo, pero tengo muchos más.

Si no te suscribes, te lo pierdes. Una lástima porque no va a estar siempre.

En seguida te lo explico, en dos palabras.

Si ya te has suscrito, estás a un paso de descargarte este PDF con el e-mail ganador que te recomiendo al 100%. Ve a tu bandeja de entrada.

Cuando lo leas, fíjate en las 4 palabras al inicio del e-mail. Son las culpables.

Verás algo que poquísima gente utiliza y es justo el motivo que hace que mi posible cliente me responda en menos de 24 horas.

Ni un tutorial ni un e-book, eso no te sirve ni la mitad.

¿Sabes por qué? Porque el tutorial se queda en un cajón, en cambio el e-mail de las 4 palabras te lo lees en 10 minutos mientras te tomas un café.

Recuerda que debes que ir a tu bandeja de entrada para descargártelo, si es que todavía no lo tienes.

En dos palabras

Sobre esos e-mails frecuentes.

Cada e-mail lleva 1 idea. Sólo 1. Entendedora y sencilla de adaptar.

La puedes utilizar en los textos de tu web o en los e-mails que envías a tus suscriptores o posibles clientes, para captar su atención y hacer más atractivo lo que vendes.

Las ventas se multiplican cuando se escribe con estrategia y con sentido.

Recopilando esas ideas te construyes un maletín de utensilios de la persuasión y poco a poco podrás crear los mensajes que hacen más deseable lo que ofreces.

Lo que enseño hoy mañana ya no va a estar. Y así cada día que pasa.

Son recursos que la mayoría de las personas no saben que existen.

Te anticipo que no tienen nada que ver con tecnología, ni herramientas digitales, ni inteligencia artificial. Tampoco va de fórmulas, embudos, segmentaciones o frustraciones, ni nada que la gente no entienda.

De todo eso posiblemente sepas mucho más que yo. Bueno, de frustraciones, no, me refiero a la tecnología.

Tan solo son nociones para escribir de forma que puedas sacar partido de absolutamente todos los mensajes que lances a tu público.

Cosas que me sorprenden

y que veo a diario.

Gente muy preocupada por su logo, por sus redes sociales, por su colores y por sus dolores. No digo que esté mal…

…pero de las personas que les pueden comprar, su público, las personas de su lista, de ellas se olvidan por completo y les hablan como si fuesen autómatas.

Bien pues, aquí trato de forma sencilla lo que es importante para que tu público te prefiera a ti y no a otros, cosas que he probado y funcionan.

Y a ti probablemente también.

Todo el mundo. Sí, como lo oyes. Es normal, todos queremos captar la atención en algún momento, o continuamente. Todos tenemos que enviar un currículum para encontrar trabajo y todos presentamos propuestas que queremos que se elijan y atendemos a clientes (o a posibles). Así es el día a día.

Ahora bien, es evidente que las personas que tienen negocio y venden cada día, las que se comunican con su público online, a través de la web o de la lista de suscriptores, van a aprovecharlo rápidamente cuando utilicen los enfoques tal y como enseño en los e-mails.

También quien quiera crearse una comunidad, una audiencia formada por personas que acabarán siendo sus clientes.

Da igual a lo que te dediques, ya tengas un bufete de abogados o de arquitectos, seas asesor fiscal, fabricante de pianos, pintor de obras de arte o de muros, payaso o sacerdote. Grande o pequeño, da absolutamente igual.

Cuando el boca-oreja (la mejor vía para que lleguen clientes) no da más de sí, tienes todas esas ideas sencillas para acercar al desconocido a comprarte.

Tú las puedes aprovechar cuando te suscribas.

obviamente también procuraré vender mis servicios o productos en cada e-mail, de una forma que posiblemente no te esperas y que también sirve para tu negocio.

Pero, pero, pero

no pierdas el tiempo suscribiéndote si crees que la venta hay que disimularla, esconderla o enmascararla.

O si te molesta que intente venderte.

Eso se me da bien por un motivo

porque aterricé en un lugar donde buscar ventas era el «plat du jour» de toda mi jornada.

Las llamadas a puerta fría, concertar visitas, seguimientos y esas cosas… todo me lo dejaban a mi, a pesar de que yo quisiera hacer otras cosas. Ni lo imaginaba.

Total que de entrada me dieron más palos que una estera. Gran inicio.

Mandaba decenas de e-mails, presupuestos y continuas llamadas telefónicas.

Muy al principio pocos aciertos. Recibir una respuesta decente a un e-mail a puerta fría, cerrar un presupuesto o concertar una visita era más difícil que verle la sombra al viento. Nada dramático, lo normal cuando se empieza

¡Pero espabilé! En ninguna escuela ni universidad aprendí a hacer lo que hace la gente que vende mucho, que justamente es decidir qué decir, qué no decir y cuándo decirlo.

Y luego probar, probar y probar para comprobar si realmente es rentable (repito, cosas que no sueles aprender en escuelas de negocios. Lo sé porque fui alumna en una de ellas).

Cuando dejé de cometer errores de cajón (que son las que normalmente veo en webs y e-mails) y a decir cosas con sentido, la gente empezó a interesarse mucho más por cualquier cosa que les presentara.

Tan solo cambiando la forma de comunicar.

Todo lo que funciona lo utilizo para mí y para otras personas que quieren que les miren y que les vean diferentes. Y el maletín se va llenando a diario.

Tal y como esta web y lista me traen nuevos clientes, la tuya también lo puede hacer por tu negocio. Es mi público quien comprueban que utilizar «los pedacitos de valor» que doy en cada e-mail les ayuda a convertir su negocio en algo más rentable.

Y no se trata de poseer una personalidad o química especial o una gran actitud para la venta. Nada de eso se necesita. Veo mucha palabrería por ahí fuera.

Hay que escuchar y mirar. Y luego escribir,

Es lo mejor para el bolsillo y supongo que para la humanidad.